Luego de disputar solamente los primeros 45
minutos de la final de la Copa Sudamericana en la cual hubo muchas
“irregularidades” el conjunto de Tigre regreso a Buenos Aires Argentina.
Los jugadores del Tigre confirmaron de que
estos habían sufrido agresiones por la seguridad privada del conjunto de San
Pablo y también por parte de la policía brasileña luego de volver a su vestidor
terminados los primeros 45 minutos.
El delantero del cuadro argentino
Galmarini comento: "No ocurrió una
tragedia de milagro. Fue como una película, nunca viví algo así, estuvimos a la
buena de Dios, por suerte un grupo de jugadores tomó coraje y enfrentó la
situación".
El jugador agregó que "todos teníamos el susto de que podía pasar cualquier cosa cuando uno (de seguridad) sacó un arma y nos apuntó y a (el arquero Damián) Albil le pegó un culatazo en el pecho".
Luego de que no salieran a juagar los
segundos 45 minutos el árbitro dio por finalizado el partido y con esto el cuadro
local se alzo con la Copa.
Galmarini lamentó la actuación de la Conmebol, que proclamó campeón al club brasileño, sin tomar en cuenta los incidentes denunciados por el equipo argentino.
Consideró que Tigre seguramente va a ser sancionado "porque es un club chico y San Pablo es un grande", así que los brasileños seguirán disputando coronas como si nada hubiera pasado.
Por otra parte, el entrenador Néstor Gorosito también criticó a la Conmebol porque urgía a los jugadores de Tigre a regresar a la cancha sin tomar en cuenta que habían sido golpeados y amenazados.
"Los que estaban armados no sabíamos ni quiénes eran, pero era la misma gente que no nos dejaba entrar a hacer el precalentamiento, nos apuntaban a todos", narró.
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